viernes, 1 de agosto de 2008

Negros

McCain dijo anteayer que Obama estaba jugando la carta de la raza. Y a continuación apostilló que Obama no se parecía a los otros presidentes que salen en los billetes. Vamos, que McCain daba por hecho que él no sería el próximo presidente y que Obama, que sí lo será, es negro. No hace mucho, el gobernador del estado de Nueva York, Paterson, que también es negro, advertía que todavía quedaba mucho por hacer (por combatir la discriminación racial). Recuerdo, por cierto, que leí esa noticia en una estupenda cafetería donde sirven los mejores cafés de la ciudad. Se llama Joe Café y creo que se encuentra en la calle 23 entre la novena y décima avenida. Saboreaba el mejor café con leche. ¿O era un capuccino?

En Nueva York hay muchos negros. Aunque depende, claro, de la zona. Donde yo vivo, en Chelsea, la mayoría es gay. Y aquí no importa el color, pues la bandera tiene varios (es un arco iris...). Hablaba de negros. Y ayer de la correción política. Pido, pues, disculpas por adelantado. Los negros, amén de personas, son también un tema delicado. En este país llevan más de dos siglos debatiendo sobre esto y una guerra civil. Así que mejor no tomárselo a pitorreo. La cosa es seria. Habrá que ponerse circunspecto.

Hasta hace cuatro décadas existía la segregación racial a pesar de que la esclavitud había quedado abolida en la segunda mitad del siglo XIX. Recordarán: prioridad de los blancos sobre los negros, escuelas no mixtas, etc. Con el tiempo, las medidas de discriminación positiva tomadas por el gobierno de Kennedy y los sucesivos presidentes y las luchas por los derechos civiles de iconos como Martin Luther King han hecho progresar a esa minoría racial. Hasta el punto de que muchos han cuestionado la necesidad de la discriminación positiva. La pregunta no es si ha resultado efectiva, que a juzgar por las cifras, no ha ido nada mal. Sino, ¿hasta cuándo?

De inicio, desconfío de las bondades de la discriminación positiva. Fui educado en la cultura del esfuerzo (aunque luego resulté ser un vago) y si las oportunidades son las mismas, el resto debe ser confiado al mérito. Y no valen excusas colectivistas que eximan de cualquier responsabilidad individual. Tampoco la apelación al medio. Como medida provisional, la discriminación positiva puede ser útil para subsanar una injusticia del pasado. Pero perpetuarla sine die puede resultar muy contraproducente. De hecho, así ha sido. En un artículo en The Economist, se podía apreciar el mejoramiento sustancial de la población negra en las cuatro últimas décadas. Con datos de la oficina del censo de Estados Unidos, el autor mostraba que a pesar de la distancia que todavía mantiene con la población blanca, los negros habían dado un salto realmente considerable: "La vida de los afroamericanos ha mejorado destacadamente. La media de ingreso en los hogares negros ha crecido de 22,300 dólares (con el valor del dólar en 2006) en 1967 a 32,100 dólares en 2006. La esperanza de vida de los negros ha variado de los 34 años en 1900 a los 73 de hoy. Hoy muchos negros pertenecen a la clase media".

(continuará)

2 comentarios:

José María Albert de Paco dijo...

Soberbio, Javier, ese primer apunte sobre McCain. ¡Tira el billete y, de paso, la toalla!

Un abrazo,
José María

Mgb dijo...

Javier, en mi blog tiene el enlace a un texto muy neoyorkino del muy neoyorkino alcalde Ed Koch y su característico trato con los tiranos que visitaban su ciudad.

Quizá pueda interesarle, y si sabe algo curioso de Koch, cuente!

notesdisperses.blogspot.com

Happel