Más periodismo. Una fiscal del Bronx va a publicar un libro sobre abusos infantiles. Me mandan entrevistarla. Esa mujer se propone hacer el bien y el periodismo no puede faltar a ninguna de las grandes causas. En un momento bajo, pierdo el control de la entrevista. Y me entrevista ella. Qué tal está esto en España. Bien, en España también abusamos de los niños, como en todas partes. ¿Algún caso notorio? Bueno, hubo un caso ficticio, hace unos diez años. En Barcelona. Era verano. Ya sabe, la época en que literatura y periodismo flirtean con más descaro. Se montó una trama internacional de pederastia que no veas, you know? Se abusó de muchos niños. Demasiados. ¿Y cómo acabó? Pues como acaban todas las historias de polis y cacos. Los malos a la cárcel y los buenos victoriosos. Funciona bien la justicia, entonces. Sí, bueno, luego se demostró que todo había sido una farsa. ¿El qué, la trama? Sí, un gran periodista desmontó el embeleco. Se jodió la historia. Por cierto, ¿nunca ha pasado algo así aquí en Nueva York? ¿El qué? Sí, un policía con aspiraciones de novelista, un juez holgazán, trabajadores sociales y psicólogo-psicoanalistas comprometidos, una sociedad conmovida, etc. ¿Cómo?
Post Scriptum. Penúltimos días de Ceausescu en Nueva York. Cortesía de Happel.
3 comentarios:
Gracias por la mención y por los amables comentarios. Le leo con atención y gusto, y le envidio ferozmente.
Saludos,
Happel
Javi! cuanto tiempo...
hoy he recordado tu blog y ya llevo un par de horas enganchada leyendo mientras finjo que trabajo.
Simplemente decirte que me alegro enormemente de que todo te vaya bien.
Mil besos.
Merche
Del amor a los cóctels, je. Impresionante imagen, la de la fiscal ante el espejo.
Un abrazo,
De Paco
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